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13 nov 2010

¿QUÉ DEJÓ LA MUERTE DE NÉSTOR KIRCHNER?

MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

La muerte del ex presidente Kirchner ha dejado perplejo a seguidores y detractores por igual. El fanatismo por la política que demostró esta figura pública, lo llevó al camino hacia donde le había dictado su destino. Sin embargo, la vitalidad demostrada durante toda su trayectoria desde que se convirtió en gobernador de la provincia patagónica de Santa Cruz, parecía desmentir lo que los médicos venían prediciendo en voz baja.

¿Qué habrá más allá de la muerte de Néstor Kirchner? Algunos creen que el destino de los muertos está en el cielo o en el infierno según su comportamiento en la vida terrena. Pero lo que sí podemos estar seguros es que queda su espíritu, su ánima, es decir, su esencia. Ésta, puede influir de diversas maneras en aquellos que lo rodean o en aquellos que de alguna u otra manera lo han conocido. Ha pasado con todos los hombres y mujeres importantes de nuestra Historia, más allá del aprecio o desprecio que cada uno de nosotros podemos tener hacia estas personalidades. Lo que no podemos negar es que han marcado una época y lo siguen haciendo.

La muerte de Kirchner es muy reciente para hacer una conjetura de los que sucederá a largo plazo, pero sí podemos hacerlo con lo que pasó y con lo que dejó las jornadas de su muerte y los días inmediatamente posteriores a los mismos.

De acuerdo a las escalas de análisis que utilicemos para entender su acción y sus principios la cuestión cambia abruptamente.

Desde el punto de vista internacional, los poderes económicos hegemónicos se acordarán bien de él por sus explosivas reacciones contra el Fondo Monetario Internacional, o los intentos de ganar terreno en la política internacional, formando parte de grupos como el G-20, reclamando también por nuestras Islas Malvinas ante los organismos internacionales.

Desde el punto de vista continental, Néstor Kirchner, siguió una línea similar a la que se estaba produciendo en el resto de América Latina, en gobiernos populistas o neopopulistas como los de Evo Morales en Bolivia, Chávez en Venezuela, Bachelet en Chile, Lula Da Silva en Brasil, entre otros.

Las continuas referencias al pasado peronista, y la caótica situación social, política y económica de los años 90 hasta el 2001 le ganó la simpatía de muchos jóvenes, y del “sub-40”, como se autodenominó el grupo de aquellos que ya llevaban unas cuatro décadas de lucha contra los abusos cometidos por el “Poder establecido”.

La puesta en práctica de la UNASUR, y la formación de los bloques económicos regionales, particularmente, el MERCOSUR, que prácticamente implican un enfrentamiento a la derecha internacional, representada por Estados Unidos, Colombia y otros países afines a las política económicas librecambistas ortodoxas.

El sueño Bolivariano de la unión Latinoamericana que lentamente se hace realidad, quedó demostrado ante la mirada atónita del mundo, en el funeral, cuando cinco presidentes compartieron juntos una velada histórica, y una demostración de dolor sincero. Entre ellos, no olvidemos, se encontraba la octava economía mundial, Brasil.

A nivel local, la cuestión se vuelve más compleja y contradictoria. Una multitud acompañó a su esposa en el funeral, entre ellos gobernadores, deportistas, intendentes, figuras del espectáculo, profesionales, intelectuales, médicos, abogados, y una amplia gama de público. El rasgo más destacado, ha sido, tal vez, la inmensa cantidad de jóvenes que desfilaron por la casa rosada, con sus cantos, banderas y lágrimas. Sin embargo, hubo una multitud que se quedó en su casa.

¿Por qué?

No podemos negar que Néstor Kirchner despertaba sentimientos encontrados en la población argentina, a tal extremo que era difícil encontrar grises entre opuestos.

Quienes lo seguían, destacaron su actuación en la distribución de la riqueza, los planes sociales, como la Asignación Familiar por Hijo, la cobertura de la jubilación a más personas, la lucha por los Derechos Humanos que fueron demostrados en los Juicios a los represores de la última dictadura, o cuando en el 2004, ordenó retirar los cuadros de Videla y Bignone del Colegio Militar, el apoyo y el protagonismo dado a las Madres de Plaza de Mayo. El fortalecimiento de la imagen presidencial que había caído con sus antecesores, especialmente con el impresentable De La Rúa. El crecimiento económico a escala China, con superávit fiscal y comercial sin precedentes en nuestra historia, la disminución del desempleo y la pobreza, la ampliación de la educación a la mayoría de los jóvenes en edad escolar. También lo recuerdan por su política independiente frente los poderes internacionales. Por consolidar la unión latinoamericana. Por fortalecer a los gremios y permitirles enfrentar a las patronales. Y por sobre todas las cosas por morir luchando por sus ideales, valores que tanto hicieron parte como suyos jóvenes y trabajadores por igual, especialmente en lo referente a la reivindicación de la política, la participación y la militancia.

Quienes se oponen, reclaman una vuelta atrás a las retenciones de la 125, a los efectos de la corrupción que fueron reflotadas por el caso de la valija de Antonini Wilson, o la bolsita de dinero guardada por alguna funcionaria en un baño de una institución importante de nuestro país. La asociación del gobierno con algunos personajes altaneros, como el piquetero Luis D´Elía, el empresario y cegetista Hugo Moyano, o el secretario de comercio Moreno, o la vinculación de algunos colaboradores del presidente con barrabravas del deporte nacional. También se le criticó su forma de hacer política, en la que primó la confrontación constante con sus opositores, especialmente con los grandes empresarios multimediales, como el Grupo Clarín. Las duras palabras y gestos hacia el vicepresidente Julio Cobos (que realmente jugó de manera sucia). El enfrentamiento con la máxima autoridad de la ciudad más importante de nuestro país, Mauricio Macri. La ocupación del INDEC. Las sospechas de enriquecimiento ilícito de sus funcionarios. La manipulación del Presupuesto nacional a su antojo.

Después de todo esto, ¿existen los Kirchneristas y los Anti-kirchneristas?; ¿continúa el modelo Kirchnerista?...

Sin lugar a error, Néstor Kirchner cambió la Argentina. Cambió el sentido de la política aletargada del “no te metas”, o aquella frase de que “la política es un negocio sucio”, por una reivindicación de la acción política en el sentido amplio, es decir, de aquella que se ejerce horizontalmente, y no en forma vertical y unidireccional.

Más allá de aciertos y errores, dejó a la juventud una gran esperanza, de que haciendo política y siguiendo ideales firmes se pueden cambiar muchas cosas, y que si esas cosas se hacen con buena intención, seguramente beneficiará a todos.

Foto: http://www.proyecto-nacional.com.ar/

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