El I.S.F.D. Nº 6 de Chivilcoy, Unidad Académica a cargo de la Directora Bibiana Andreucci, en el salón de actos de la Escuela Normal realizó ayer, 25 de junio, un panel compuesto por el Dr. en Historia y Lic. en Sociología Héctor Recalde y la diputada provincial Graciela Rolandi (FpV–PJ), titular de la comisión de Derechos del Usuario y Consumidor de la Provincia.
La temática abordada planteó la cuestión social de la mujer durante los últimos cien años. También se presntó el libro "Señoras, Universitarias y mujeres. (1910-2010). La Cuestión Femenina entre el Centenario y el Bicentenario de la Revolución de Mayo". El compilador de la obra es el mencionado Recalde.
BIBIANA ANDREUCCI:
"El doctor en Historia Héctor Recalde es coordinador, editor del libro que recopila trabajos de especialistas de esta temática. La dinámica es que Recalde plantee los avances en la conquistas del mundo femenino y que luego ese marco teórico baje a lo concreto a través de la palabra de Graciela Rolandi que va a contar su experiencia como militante en la política local, provincial y nacional en los últimos años en la que le ha tocado actuar y su experiencia personal sobre los obstáculos que tiene la mujer en la cuestión de la participación política.
Este panel lo hacemos en primer lugar porque tenemos como objetivo institucional fomentar la participación de los jóvenes, entonces creemos que es una buena posibilidad poder contar con un investigador de esta problemática y con una militante.
La idea no es solamente educar, sino también educar en el compromiso. Por eso es que tratamos de abordar este tipo de temática porque a la educación se va con compromiso y sino, mejor directamente no ir. Por eso la idea de compartir los avances del género femenino y también saber cómo se vive desde dentro de la militancia."
HÉCTOR RECALDE
Es un gusto estar entre ustedes, especialmente entre estudiantes de historia y jóvenes porque para éstos la historia y en particular, la historia social, tiene un gran valor ya nos remite a un tiempo relativamente reciente en que las condiciones generales y la de las mujeres eran muy distintas a las que hoy conocemos, y éste es el contenido del libro que he tenido el gusto de coordinar y en el cual han colaborado media docena de personas especialistas en cada uno de los temas que han tratado.
Voy a contextualizar un poco la situación argentina 100 años atrás, en el Primer Centenario y cuál era en ese momento la situación de la mujer.
Por estas fechas, pero cien años atrás, todavía resonaban en Buenos Aires los ecos de las
celebraciones del Primer Centenario. Un festejo magno en el que hubo inauguraciones escultóricas, edilicias, visitas de personalidades ilustres, ya sea del ámbito político, el intelectual, varios congresos científicos, y desfiles militares y escolares. De esta manera, el país, y en particular su clase dirigente, celebraban no solo los logros de los cien años transcurridos desde la Revolución de Mayo, sino los logros de los últimos 30 años, es decir, la ejecución exitosa del programa de la Generación del 80.
Aquellas fiestas del Centenario también estuvieron acompañadas de la resonancia de la cuestión social, es decir, de los conflictos obreros-patronales y de las demandas que dirigían al Estado con el objeto de mejorar la condición de los trabajadores. La cuestión social se había agudizado desde el año anterior, desde 1909, comenzando con lo que fue la conmemoración del 1º de Mayo de ese año, acompañado por acciones represivas de la policía, con muertos, heridos, numerosos detenidos, que se prolongó a lo largo de todo ese año culminando en noviembre de 1909 con un atentado ejecutado por el anarquista Simón Radowitzky en el que murieron el jefe de policía Ramón Falcón y su secretario.
Estos hechos que precedieron a los festejos del Centenario constituyeron una gran preocupación para los sectores dirigentes que temían por perturbaciones durante los festejos del Centenario que de esta manera se celebró con la vigencia del Estado de Sitio.
El 25 de mayo transcurrió normalmente, sin embargo el 26 de junio (mañana se cumplirán 100 años) un atentado en el Teatro Colón, también realizado por un anarquista que colocó una bomba en el lugar, que produjo algunos heridos tuvo como consecuencia inmediata la sanción de la Ley de Defensa Social en tiempo récord que extremó los recaudos represivos para todas las manifestaciones socialistas y anarquistas de la época.
Sintetizo esto con la visión de los festejos y celebraciones por los logros de la Argentina pastoril o agropecuaria acompañado de la cuestión social.
También estaba presente la disconformidad de otro sector de la sociedad de la Argentina, las clases medias. Desde 1890 reclamaban por la ampliación de la participación política, luchaban por una ley electoral que se conseguiría en el gobierno de Roque Sáenz peña en 1912 y que todavía en 1910 estaba fresca la Revolución Radical de 1905.
Es en este marco en el que se desarrollaron en los días de mayo de 1910 dos congresos de mujeres. Con pocos días de diferencia. Congresos que ponían de manifiesto la preocupación por este tema y la movilización de las mujeres por el logro de conquistas que resumiré a continuación.
Uno de ellos se tituló “Congreso Patriótico de Señoras” y fue organizado por el Consejo Nacional de Mujeres. ¿Quiénes eran esas mujeres? Eran las mujeres de la elite, las esposas e hijas de los sectores dirigentes de la Argentina del primer Centenario. Eran las mujeres de los grandes estancieros, de los financistas, de los grandes comerciantes. Un sector femenino cuya actividad era el ejercicio de la caridad, de la filantropía.
El segundo congreso en orden temporal fue el “Primer Congreso Femenino Internacional” organizado en este caso por la Asociación de Universitarias Argentinas. Otro tipo de mujeres. ¿Quiénes eran las universitarias argentinas? Justamente eran aquellas primeras egresadas de la Facultad de Medicina. Presidió este congreso Cecilia Grierson, la primera médica que tuvo nuestro país. Integraron también este congreso las primeras egresadas de la Facultad Filosofía y Letras y también las integraron las normalistas que eran aquellas maestras y profesoras hijas de las Escuelas Normales, que lamentablemente han desaparecido. Todas estas mujeres preparadas, entre comillas, en el lenguaje de la época, integraban esta Asociación de Universitarias Argentinas y fueron las promotoras del Congreso Femenino Internacional. Como dato vinculando el pasado y el presente, recuerdo que pocos días atrás se ha celebrado el Segundo Congreso Femenino Internacional conmemorando el Primero.
Queda claro que eran mujeres de distintos ámbitos sociales y preocupadas por cosas diferentes. Las mujeres de la élite interesadas por la caridad, un ejercicio habitual en las mujeres de su clase y que atendían las necesidades de sus pares femeninas, de los niños y delas familias pobres, transmitiéndoles visiones morales que eran funcionales a los intereses de las clases a las que pertenecían. Las universitarias, en cambio, eran mujeres cuyo plano de desempeño era totalmente diferente: el hospital, el aula y la actividad política y sindical en algunos casos, actividad en que estas mujeres eran precursoras, ya que no era usual la participación política en la época.
Si bien el primer congreso fue el Congreso Patriótico de Señoras, en mi opinión, el Primer Congreso estrictamente feminista de nuestro país fue el Congreso de las Universitarias Argentinas ya que las Señoras no cuestionaban el rol social de la mujer en la época, cosa que sí hacían las universitarias.
Y acá cabe una aclaración, y en particular para los jóvenes. ¿Cuál era la condición social de la mujer 100 años atrás? Carecían por ejemplo de derechos civiles. Hombres y mujeres ante el Derecho eran entidades distintas. Desde el punto de vista legal, y no solamente hasta el Centenario, se van logrando progresos en las décadas siguientes pero la equiparación plena recién se ha logrado unos 20 o 25 años atrás. Desde el punto de vista legal, desde el punto de vista del Derecho Civil, la mujer del Centenario era equiparada a los dementes y a los menores de edad. Estaban sujetas de solteras a la potestad del padre, potestad que se transfería luego del matrimonio al marido. Acciones mínimas como actuar en el comercio requerían de la autorización del padre o del esposo.
¿Qué pasaba con la mujer del Centenario hasta 1947 que se sanciona la Ley del Voto Femenino?
Las mujeres carecían de derechos políticos, es decir, no podían elegir ni ser elegidas. El desempeño de la función pública era una actividad exclusiva del hombre.
Otro plano en el que la mujer estaba en una situación de inferioridad, si apreciamos desde nuestra perspectiva, era el plano del Derecho Laboral, donde las mujeres realmente se veían privadas de derechos que hoy entendemos como elementales, tales como la Licencia pre y pos parto, por ejemplo.
En Síntesis, tanto desde el punto de vista del derecho Civil como en el Derecho Político y Laboral la situación de la mujer era de subordinación.
En el Congreso Femenino Internacional, en las diferentes ponencias se presentan y expresan reclamos concretos en cada uno de estos terrenos y se formula una agenda de demandas que va a tener vigencia en las décadas posteriores y se irán concretando en forma paulatina.
¿De qué trata este libro?
En un primer artículo que he escrito y que tarta de estos dos Congresos Femeninos del Centenario, y cada uno de los artículos siguientes se refieren a algunos de estos temas que he mencionado.
Por ejemplo, la profesora Graciela Queirolo de la UBA ha escrito sobre el trabajo de mujeres y niños entre 1890 y 1940. Un período importante en la historia económica y política de nuestro país. Es el período, si nos referimos a la etapa 1890-1930 de auge y crisis, finalmente, del modelo Primario-Exportador, es la época para algunos doradas y para otros no tanto de la Argentina. La década del 30, ya que este trabajo llega hasta 1940, es la etapa que se inicia el proceso de Sustitución de Importaciones y el nacimiento de la Argentina Industrial que culminará en la década del 40 y el primer lustro de los 50 con el Primer Peronismo.
El trabajo de Graciela contiene un detallado inventario de las actividades desarrolladas por las mujeres en esta etapa y la condición de poca protección en el plano laboral.
El siguiente trabajo perteneciente a la doctora Cecilia Lagunas de la UNLU es muy interesante ya que se refiere a la prostitución en la ciudad de Junín a comienzos del siglo XX. El tema de la prostitución no se inventó en la Argentina del Centenario ni ha desaparecido en la Argentina del Bicentenario, por cierto. Si embargo hasta 1934 existe en nuestro país y en otros países del mundo, que nos sirvieron de modelo, un régimen aberrante, que a veces personas poco informada y de poca sensibilidad humana piden que se restablezca, que fue el Régimen de la Prostitución Reglamentada. Esto quiere decir que entre 1874 y 1936 en la ciudad de Buenos Aires y en ciudades vecinas como Junín, y habrá sido los mismo en Chivilcoy, existían prostíbulos, hoy también existen, pero aquellos eran prostíbulos habilitados por los municipios y controlados por médicos oficiales, que tributaban a las arcas municipales y este era uno de los motivos por las cuales las autoridades municipales estaban muy contentos con ese régimen. ¿Cuál fue originariamente el propósito del Régimen de la Prostitución Reglamentada? Lo inspiró un tema sanitario. Así como hoy es el SIDA la gran enfermedad de transmisión sexual, hasta los años 50 lo fue la sífilis. Por eso el objeto de la reglamentación de la prostitución fue justamente controlar la difusión de esa enfermedad venérea a través del control periódico de las prostitutas a las cuales se les otorgaba un carnet y se registraba ahí su estado de salud. Cuando se verificaba casi siempre tardíamente que había contagiado a medio pueblo que estaba sifilítico se les retiraba el carnet y esto las inhabilitaba para el ejercicio de su actividad.
El trabajo de Lagunas es un trabajo muy interesante ya que no abundan en el país trabajos de historia regional y confirma el antiguo dicho de “describe a tu aldea y describirás al mundo” ya que en Junín de comienzos del siglo XX, Lagunas y sus colaboradores a través de registros de archivos municipales y policiales de la localidad han verificado la conexión entre los traficantes, el poder político local y la policía. Los tiempos se renuevan poco como podrán apreciar.
Un tercer trabajo, me pertenece también, y es el artículo Anticlericalismo y Feminismo, Carlos Olivera, el Diputado Divorcio. La figura de Carlos Olivera es muy interesante, un Diputado Nacional que a comienzos del siglo se caracterizó por la presentación en el Congreso de la Nación, concretamente en la Cámara de Diputados de numerosos proyectos secularizadores ¿Qué quiere decir este término? La secularización es un proceso histórico que en la larga perspectiva se inicia con la Modernidad en el siglo XV-XVI y que desde entonces se proyecta a todos los Estados del mundo y en este joven Estado Argentino un proceso que consistió en la progresiva desvinculación del Estado con la Iglesia. Olivera presenta reiterados proyectos de separación de la Iglesia y el Estado. Proyectos referidos a las congregaciones religiosas. No es fácil en dos palabras transmitir el tema, el clima y la esencia de esta temática en la época. Pero quiero agregarles que el interés concreto de Olivera que se refiere a la cuestión de la mujer son sus reiterados proyectos de divorcios. Uno de ellos presentado en 1902 no fue aprobado por dos votos en la Cámara de Diputados. ¿Qué tiene que ver el divorcio con la cuestión femenina?
Como ustedes saben el Divorcio en la Argentina apareció en 1983, durante la presidencia de Alfonsín. En ese momento la Argentina formaba parte del minúsculo grupo de naciones que no habían establecido todavía esta normativa. ¿Qué significaba la inexistencia del Divorcio? Significaba la permanencia del vínculo conyugal a pesar de la separación de bienes y personas. Legalmente los esposos separados perdían la aptitud nupcial, es decir, debían guardarse mutua fidelidad, lo cual significaba tanto para uno como para otro no tener ya relaciones sexuales ni establecer ningún vínculo marital ni de pareja con nadie. Esto que era un problema para ambos, lo era más en el caso de las mujeres, particularmente si nos ubicamos en la óptica de la época, y acá no podemos medir los tiempos con los criterios de nuestra época. Hoy es un uso sumamente difundido, y yo diría naturalizado, no criticable, que lo entendemos como una cuestión reservada a la intimidad de cada uno convivir sin legalizar el vínculo matrimonial. Esto para nada era así, no solamente en la Argentina del Centenario, sino hasta hace 20 o 30 años atrás. Es decir, que la existencia del Divorcio para la mujer implicaba una situación socialmente muy compleja, y es en estos términos en el que Olivera propicia la aprobación de esa norma.
El siguiente artículo de la Doctora Carolina Barry de la Universidad de Tres de Febrero se refiere a la Conquista del Voto. El reclamo del voto femenino se remonta a comienzos del siglo XX. En el Congreso Femenino Internacional se aprueban distintas propuestas de establecer el voto, sin embargo, el voto femenino recién se va a concretar durante la primera presidencia del General Perón en 1947 y las mujeres votarán por primera vez en 1951. Fue un avance, aunque existe todavía una demanda satisfecha a medias, y entiendo que siempre habrá intentos de avanzar sobre ese derecho adquirido, hoy las listas tienen que tener un tercio de mujeres en su composición. Mujeres que tienen que tener un lugar expectable dentro de las listas, es decir, posibilidades ciertas de ser elegidas, para que no sea una ficción. Este es un logro que no tiene más de 10 o 15 años. Hemos avanzado. La presencia de una mujer en el ejercicio de la primera magistratura pone en evidencia eso.
El trabajo de Carolina tiene sin duda una riqueza informativa y conceptual que no puedo sintetizar en dos palabras. Para darles algunas pistas sobre los elementos que me parecen más atractivos de su trabajo: ella clarifica cuál fue el papel de Eva Perón en el logro de esta conquista legal de las mujeres, que a diferencia de lo que la mitología política ha instalado, fue mucho menor de lo que generalmente se le atribuye. Donde sí fue muy importante su papel es en la organización del Partido Peronista Femenino y en este sentido fue central su contribución al triunfo de Perón en la elección de noviembre de 1951 que le permitió acceder por segunda vez a la presidencia de la Nación.
Otro de los trabajos pertenece a la Doctora
Mabel Bianco. Es una persona sumamente conocida, médica, sanitarista, vinculada a la promoción de la mujer desde el Ministerio de Salud de la Nación. Ella ha tocado un tema que nos instala en el presente, lo que se llaman
los Derechos Femeninos de Cuarta Generación. Los de Primera Generación eran los Derechos Civiles, los de Segunda Generación los Derechos Políticos, los de Tercera Generación los Derechos Sociales y los de Cuarta Generación, un tema altamente controvertido, es el tema de los Derechos Sexuales y Reproductivos. De estos Derecho se ocupa Mabel Bianco. Hoy existen leyes sobre Derechos sexuales y reproductivos y que es obligación su enseñanza de esta normativa en los establecimientos de educación pública, un tema controvertido, insisto, en la que se refiere con mucha puntualización.
Un último trabajo es el del Doctor Ricardo Gagliardi, un abogado que ha escrito un largo artículo inventariando los progresos legales de la mujer en el curso de este siglo.
Cierro diciendo que las mujeres han progresado enormemente. Progreso que se mide desde el punto de vista legal. En este plano ha logrado casi la equiparación con el hombre y una equiparación cierta, efectiva, en el plano social. Hoy las mujeres se saben pares del hombre, casi todas. Y casi todos los hombres entienden que la mujer es un par. Progreso incuestionable desde el punto de vista legal y social. Sin embargo, hay planos en que la situación del sector mayoritario de mujeres, no sólo no ha mejorado sino que ha empeorado. Quiero explicar el título de este libro Señoras, Universitarias y Mujeres, título tomado del vocabulario añejo del primer Centenario. Todavía hay Señoras, menos recatadas y más amigas de la televisión y tal vez menos aficionadas a las actividades caritativas como las había en el Centenario. Todavía existen las mujeres de los señores de grandes recursos económicos. Con una ideología que no es en términos generales como las de las universitarias, no es que estas tengan una ideología uniforme, pero en general tiene una perspectiva intelectual anclada en prácticas de vidas diferentes. Y están las Mujeres. ¿Quiénes eran las mujeres en el Centenario? Eran la mayoría de las integrantes del sexo femenino, las trabajadoras, las empleadas del servicio doméstico, las mujeres que se desempeñaban en trabajos domiciliarios o en sus casas. La mayoría de las mujeres eran de los sectores populares, económica y socialmente menos favorecidos. ¿Han progresado las mujeres? Si seguramente han progresado. Las leyes las protegen hoy más que cien años atrás y ellas mismas tienen una conciencia de su dignidad mucho más profunda. Sin embargo, en los últimos 30 años estas mujeres han sufrido el retroceso general que han experimentado los sectores populares en la Argentina. Retroceso que tiene su punto álgido en la crisis de diciembre de 2001, en los años 2002, y es cierto que ha revertido relativamente del 2003 a la fecha, pero ha dejado una meseta de pobreza que castiga particularmente a las mujeres de los sectores populares. Habría que verificarlo empíricamente para respetar las reglas del método científico, aunque hay muchos trabajos al respecto que dicen que la situación de las mujeres no ha mejorado demasiado, con lo cual subsiste entre Mujeres y Señoras aquella diferencia propia del Centenario.
GERMÁN GUSMEROTTI
Una aclaración sobre el libro al que pude acceder en la charla, es acerca del trabajo presente en éste de Andrea D´Atri, el que Recalde omitió o no recordó mencionar, tal vez, por el apuro de llegar a tiempo con lo estipulado para su turno. D´Atri escribe un artículo titulado “El feminismo y la izquierda. Una historia de encuentros en la lucha por la emancipación”. Otra investigación también no presente en la charla y que figura en el libro es el de Liliana Vázquez Lorda titulado “Las mujeres católicas y la `defensa de la familia´”.