El 12 de septiembre del año 2008 en el I.S.F.D.Nº 6 (Salón de Actos de la Escuela Normal) se realizó una charla a cargo de la Lic. Marcela Gené que estaba referida a la Iconografía del trabajador Peronista del período de 1946-1955.
El Lic. Rodolfo Rodríguez (ex profesor de la materia Historia Mundial del Siglo XX del Profesorado de Historia) junto a los alumnos de 4to y la dirección del Instituto se encargaron de contactar a Gené y de organizar la concurrida conferencia. El objetivo central era presentar la investigación que la disertante había publicado en su libro titulado Un mundo feliz, las imágenes de los trabajadores en el peronismo. 1946-1955”, Buenos Aires, FCE-Universidad San Andrés, 2005”.
Por medio de la muestra en proyector de una serie de láminas de Propaganda Justicialista se dio al trabajo de explicar y contrarrestar la visión más recurrente de entender a la propaganda oficial de este período como una fiel copia de la que había realizado el fascismo o el nazismo años atrás. La historiadora afirmaba, que las imágenes que se presentaban en afiches y láminas se correspondían mejor a las que había realizado Roosevelt en Estados Unidos en la década de 1930 (New Deal) o la de los rusos vinculadas al socialismo. Ejemplos eminentes de éstas son las referidas a los “descamisados”, a fechas como el 17 de octubre y el 1º de mayo.
Gené dio una pequeña entrevista al diario local La Razón que decía lo siguiente:
“Trabajé sobre lo que ha sido quizás, el corpus disparador de pasiones más polarizadoras del peronismo que fueron sus imágenes y que fue lo primero que destruyó la Revolución Libertadora, y a partir de la recomposición de este universo iconográfico de afiches, avisos de prensa y folletos de difusión, traté de recrear cómo el peronismo construyó un imaginario, que inclusive se mantiene hoy en día, aunque no con esas mismas características de las dos primeras presidencias de Perón, pero que fue formador de una cultura política. Y vengo a compartir en esta charla cómo se hizo ese trabajo y en qué consistieron esas imágenes de trabajadores.
Yo soy además historiadora del arte y efectuando una investigación sobre los años '40, evidentemente no podía soslayar lo que era el contexto político del momento, y revisando los diarios me encontré con estas imágenes. Y empecé a serializarlas, sacar fotos, buscar los afiches, y armar este corpus donde pude advertir, que por primera vez la imagen del trabajador, en algunas ocasiones el descamisado y en otras el trabajador urbano, toma el relevo de una simbología republicana para identificar un nuevo gobierno y un nuevo movimiento naciente. En ese sentido, desde el punto de vista de las imágenes, el peronismo operó como una ruptura en lo que era una tradición de representación de Estado, y frente a la República aparece el trabajador triunfante.
Generalmente, en términos culturales, al peronismo se lo asimilaba con el nazi-fascismo, es decir, un dictamen borgeano sobre la modalidad de expresión de un sistema o un movimiento autoritario, pero una de las grandes conclusiones de este trabajo de investigación, por lo menos en lo que compete al mundo de las representaciones, es que hay mucha mayor proximidad con las imágenes del New Deal norteamericano, por lo tanto, hasta qué punto los constructores del estado peronista, que no fue solamente Perón, tenían como modelo la administración Roosevelt, y que Perón inclusive solía citar a Roosevelt a menudo en sus discursos. Y por otro lado, se descubren herencias en la gráfica de la Revolución Soviética”.
Agrego fragmentos de un artículo aparecido en http://www.tipografica.com/56/?id=5 que escrito por Gené decía lo siguiente:
“Saldadas las cuentas con el pasado y lejos de los debates que jalonaron los años posteriores al derrocamiento del gobierno peronista, la mirada actual se empeña en recuperar aspectos del proceso que fueron escasamente considerados. Cuando parecía que ya todo había sido dicho acerca de este controvertido período de nuestra historia contemporánea, hoy se lo reexamina como fenómeno cultural. La "estética" peronista, las imágenes distribuidas en miles de afiches, folletos, avisos y libros escolares, se consolidó como un nuevo tópico que gana cada vez más espacios en los estudios académicos y en torno al cual se generan importantes eventos masivos.
La enorme parafernalia visual producida por el "régimen" cobra desde el presente nuevos significados. Las jóvenes generaciones se enfrentan a un universo icónico que describe un mundo de armonía y bienestar que hoy parece irremisiblemente perdido. Para el historiador, esas imágenes que circularon en soportes efímeros, condenadas a envejecer con rapidez en los muros de la ciudad o en las páginas de los diarios, abren nuevos horizontes de investigación. Son un material inapreciable para reflexionar no sólo en torno a las estrategias visuales del peronismo sino también acerca del rol de las imágenes en la construcción de identidades políticas, en la transmisión de mensajes y valores, en el proceso de legitimación social de los nacientes movimientos y partidos.
El primer peronismo (1945-55) fue, en este sentido, un caso paradigmático. Logró montar un aparato propagandístico sin precedentes en la historia argentina, un sistema iconográfico que, por su alcance y magnitud, funcionó como soporte fundamental de un movimiento cuya legitimidad debió ser inicialmente construida y luego sostenida o reafirmada en el marco de una sociedad políticamente escindida.
Icono peronista por antonomasia, el "trabajador" circuló en la propaganda de la década en tres diferentes versiones, con algunas variaciones en función de las coyunturas políticas que atravesó el gobierno. Como descamisado, héroe de los orígenes del movimiento, presidió la gráfica conmemorativa del 17 de Octubre; desdoblado en las figuras del obrero industrial o peón rural, expresó la modernización industrial y agropecuaria, estandartes de la propaganda oficial, y por último, como hombre de "carne y hueso", fuera del marco laboral, se inscribió en las representaciones de la familia.
Los interrogantes surgieron de inmediato. ¿Cómo se elaboraron esas iconografías? ¿A partir de qué tradiciones de representación? ¿Cuáles fueron las modalidades de producción y quiénes llevaron a cabo la tarea? [...]”
Mi opinión es que la charla fue muy interesante porque, más allá de la postura ideológica de quienes presenciamos la misma (había algunas caras de alegría y otras que demostraban todo lo contrario), salimos por un momento de la tradicional historia del Peronismo y pudimos disfrutar de una vertiente más agradable al apelar al recurso de las imágenes para explicar cuestiones tratadas hasta el hartazgo. Una visión muy interesante sobre la simbología de un régimen político que todavía hoy, algunos siguen clasificando de izquierda y otros de derecha.
Con respecto a la relación de la Propaganda y su vinculación con el nazismo, fascismo, el New Deal o la URSS, creo que todas tenían un poco de las demás. No soy un entendido en arte, pero lo cierto, que al comparar afiches de los distintos regímenes, uno puede observar claramente sus semejanzas. La cuestión clave y creo que es ahí donde despierta el interés de Gené, es desvincular al Peronismo con los gobiernos autoritarios europeos, al señalar como eje central de la propaganda oficial al “trabajador”, elemento clave del poder de Perón durante 1946-1955.
Ahora quedaría comparar el resto de la propaganda Justicialista en el período posterior a 1955 e imaginar cómo se hubiera utilizado la iconografía si “El General” después de su vuelta de España, gozara de buena salud y se mantendría en el gobierno varios años más.
A continuación una serie de imágenes (algunas presentadas en la charla) sobre la Iconografía Peronista de los años 1946-1955.
Propaganda justicialista (1946 1955)
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