El Ingeniero Guillermo Rucci en el 143 aniversario de la Operaria Italiana de Chivilcoy presentó una conferencia audiovisual titulada La Mujer Italiana de Roma a la Actualidad. Pequeñas historia de mujeres que hicieron historia. En ella presentó las biografías de mujeres italianas de renombre en la Historia y que yo a través de otros blogs, páginas web y libros he recopilado.
MARÍA MAGGI DE MAGISTRIS – UNA MUJER QUE NUNCA EXISTIÓ
Su cadáver fue arrojado al mar, mutilado, enterrado, quemado, se le aplicó ácido, embalsamado y violado. Pedro de Ara, anatomista español, fue quien llevó a cabo la maravillosa obra de embalsamarlo.
Cuando su muerte se produjo en 1952 fue secuestrado y escondido celosamente por un grupo de militares hasta 1971.
Pedro de Ara había rechazado embalsamar el cadáver de Lenin pero no el de María Maggi de Magistris. El trabajo se realizó tan perfectamente que muchos dudaron de que el cuerpo estuviera embalsamado.
Cuando su esposo lo visitó en el laboratorio del señor Ara casi se descompuso al ver el cuerpo de su mujer colgado del techo en forma de cruz.
Corría el mes de diciembre de 1952 cuando Ara descubrió que los baños químicos habían alterado sus graduaciones. El cuerpo estuvo a punto de descomponerse. Ara buscó desesperadamente la causa del desperfecto: un clip se había filtrado entre los cabellos y ese cuerpo extraño en el fondo de una cuba casi malogró el proceso. Cuando se cumplía un largo año de trabajo, el embalsamamiento entró en su etapa final: el cuerpo, deshidratado, fue impregnado con ésteres, para hacerlo retomar volumen. -Quedó- transformado en una muñeca del tamaño de una niña de doce años, ya que tanto la enfermedad -que tenía-, antes de su muerte, como los baños posteriores, habían encogido todo el cuerpo.
Su marido no se hizo cargo del cuerpo y el doctor Ara tuvo que lidiar con el mismo.
El trabajo de Ara fue tan perfecto, que los propios militares desconfiaron, al ver el cuerpo, de que fuera un verdadero cadáver.
Los más variados uniformes se apiñaban ahora alrededor de la momia. El horror, la diversión y la incredulidad alternaban con el respeto religioso: por ardiente que fuera el odio de esos hombres, la mujer dormida daba una ilusión de santidad a la que muchos de ellos no podían sustraerse.
En el transcurso del secuestro del cadáver por parte de los militares, una persona que lo custodiaba mató a su mujer de tres balazos creyendo que era alguien que venía a buscar el cuerpo sin vida de la dama.
Se conformaron dos bandos que comenzaron a enfrentarse para quedarse con la muerta. Los que apoyaban al marido de ésta querían recuperarlo de las manos de los militares que no daban paso en falso.
Para trasladarlo a Europa los militares falsificaron los papeles de la muerta con el nombre de María Maggi de Magistris y fue cubierta con papel negro, embarcado en el buque italiano Conte Biancamano, con destino a Génova. Con él viajaba el falso Carlo Maggi, supuesto hermano de María y el falso Giorgio Magistris supuesto esposo de la muerta. El cuerpo fue trasladado en una furgoneta de golosinas y enterrado en un cementerio de Milán hasta 1970. EN 1971 fue devuelto a su destino original y a quien correspondía.
De la siguiente manera fue entregado el cuerpo:
- varias cuchilladas en la sien y cuatro en la frente,
- un gran tajo en la mejilla y otro en el brazo, al nivel del húmero,
- la nariz completamente hundida, con fractura del tabique nasal,
- el cuello, prácticamente seccionado,
- un dedo de la mano, cortado,
- las rótulas, fracturadas,
- el pecho, acuchillado en cuatro lugares,
- la planta de los pies está cubierta por una capa de alquitrán,
- la tapa de zinc del ataúd tiene las marcas de tres perforaciones, sin duda intencionales. En efecto, el ataúd estaba completamente mojado por dentro, la almohada es taba rota y el aserrín del relleno, pegado a los cabellos,
- el cuerpo había sido recubierto de cal viva y mostraba en algunas partes las quemaduras provocadas por la cal,
- los cabellos eran como lana mojada, el sudario, enmohecido y corroído”.
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